3 de marzo de 2022

Amaia Nausia. Ni casadas ni sepultadas. Las viudas: una historia de resistencia femenina. -7 de marzo en Kulturate-

Amaia Nausia Pimoulier (1982, Iruñea, Nafarroa, EH) es doctora en Historia por la Universidad de Navarra, donde defendió su tesis "Entre el luto y la supervivencia: viudas y viudedad en la Navarra Moderna (siglos XVI y XVII)" . Es responsable de proyectos de Eusko Ikaskuntza - Sociedad de Estudios Vascos y colaboradora habitual en diversos medios de comunicación.
En un tono siempre divulgativo, sus artículos e investigaciones se centran sobre todo en el rol, modo de pensar, vivir y sentir de nuestras antepasadas: explicar el ideal de feminidad a lo largo de la historia y el adoctrinamiento sufrido por las que osaban transgredir las normas impuestas por el sistema patriarcal, en sus diversas formas.
Tras su primer libro: “Ser mujer (siglos XIII-XVI), ¿Vírgenes o putas? Más de 500 años de adoctrinamiento femenino” ha presentado un nuevo libro que lleva por título: “Ni casadas ni sepultadas. Las viudas: una historia de resistencia femenina.
 
Para evitar el peligro y error en que podría incurrir, a mi parecer le convendría o casarse, o morir, conforme al refrán que dice: viuda lozana, casada o sepultada” dejaba escrito Juan de Espinosa en el siglo XVI. Desde entonces, momento en el que patriarcado y un incipiente capitalismo tejían una alianza que llega hasta nuestros días, las viudas han sido, para una sociedad dominada por los hombres, figuras poderosas que causaban pavor. Sin un hombre del que depender y con un bagaje vital y material que las hacía relativamente libres, pronto serán acusadas de brujería y otros delitos castigados con duras penas o, señaladas con el dedo inquisidor, serán desposeídas de sus vidas, negocios y bienes.
Sin embargo, como explica en su libro Amaia Nausia Pimoulier, a pesar de la soledad y de la marginación a las que se vieron abocadas, un gran número de viudas resistirán y conseguirán enfrentarse con éxito al eterno dilema _“o casada o sepultada”, en un ejercicio de insumisión sin precedentes.
Credito foto: Julio Iriarte

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