Mabel Marijuan es Licenciada en Medicina y Cirugía Universidad del País Vasco/Euskal
Herriko Unibertsitatea UPV/EHU; Doctora en Medicina y Cirugía
UPV/EHU; Diploma Superior de Criminología por la UPV/EH; tiene un Máster Universitario en
Bioética por la Univ. Complutense de Madrid, UCM.
Experiencia profesional en el ámbito de Bioética en la Facultad de Medicina y Odontología en la Universidad del País
Vasco UPV/EHU: Profesora Agregada en el área de Medicina Legal y Forense en el Departamento de Especialidades Médico-Quirúrgicas; Responsable de Bioética den las Unidades docentes de Leioa, Cruces, Basurto, San Sebastián y Vitoria 1990 y sig.
Vicerrectorado de Investigación Universidad del País Vasco UPV/EHU: Directora de
Ética Universitaria en Investigación y Docencia de la UPV/EHU de 2008-2021.
En el siglo XX se inició un profundo cambio en el modo de gestionar muchos
valores relacionados con el cuerpo y, por lo tanto, con la vida y con la muerte, con la
salud y la enfermedad y con la sexualidad y la reproducción.
El enfoque sobre estos
“asuntos del cuerpo” que hacemos como seres morales (es decir como seres que nos
preguntamos constantemente qué debemos hacer y qué no y que tomamos decisiones
sobre cómo vivir) es siempre personal, aunque compartamos las perspectivas y valores
de nuestro tiempo.
Ante esas preguntas constantes no solemos tener razones claras
e inapelables sobre, por ejemplo, cómo es nuestra sexualidad o porqué queremos o no
tener descendencia, ni sobre cómo queremos vivir o cómo queremos morir. Seguro que
tampoco razonaríamos claramente sobre cómo combinamos nuestro deseo de estar
sanas con otros muchos deseos.
Y es que ante el cómo vivir no hay certezas ni
absolutos. Es un territorio que transitamos en condiciones de incertidumbre. Sin
embargo, vamos trazando inexorablemente nuestro propio camino. Vamos escribiendo
nuestra propia historia, valiéndonos de conocimientos, ideas, creencias, prejuicios,
argumentos razonables y también justificaciones irracionales. Observamos las
experiencias propias y ajenas, hacemos reflexiones profundas o nos orientamos con
canciones, libros o palabras oídas al vuelo. Nos decimos racionales o emocionales,
pragmáticas o intuitivas según la situación y hasta el estado de ánimo y con todo ello
alimentamos y conformamos nuestros valores; todo lo que consideramos valioso en la
vida. Valores que tratamos de promover y de proteger, aunque a veces seamos
incoherentes y más heterónomos que autónomos.! ¡Somos inevitablemente “personas
humanas”!
Pues bien, todo esto también les ocurre a los profesionales, a las
personas dedicadas a la medicina, la enfermería, el trabajo social, etc. que nos atienden
cuando solicitamos su ayuda en la salud y en la vida, como dice el título de la charla. Y
en las relaciones que establecemos, ellas tienen su responsabilidad y cada uno de
nosotros, la nuestra.
De hecho, la complejidad expuesta no nos exime de asumir que
tenemos que responder cuando las cuestiones de salud y enfermedad, sexualidad y
reproducción, vida y muerte nos interpelan.
Tampoco nos exime de hacernos cargo
de las consecuencias de nuestras decisiones. Y ambas facetas es a lo que se denomina
“responsabilidad”. Palabra derivada del latín respondere.
Afortunadamente
tenemos capacidad y palabras para hablar de ello y un saber compartido que nos ofrece
rutas para transitar la vida. Mapas que nos ayudan a poner límites a las angustias que, a
veces, nos asaltan ante cuestiones tan personales como las citadas. Deliberemos, pues,
un rato sobre ello.
Credito foto: Julio Iriarte
Más Información: Manual universitario. Bioética y ética médica para estudiantes de medicina Bioetika eta etika medikoa medikuntzako ikasleentzat, Derechos y Deberes de las personas usuarias del SVS/Osakidetza, Código ético de Ayuntamiento de Vitoria-Gazteiz, Presentación del Código Ético y del proceso de creación del Comité de Ética
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