En la primera parte de las dos charlas que va a dar Jexuxmari Mijika sobre Intergeneracionalidad y Educación, este mes de diciembre, hoy se ha centrado en la "Familia y Educación": Posibilidades y Responsabilidades. Referente a la educación destaca la importancia y la tendencia actual de hacer dejación de esta responsabilidad por las dudas sobre los valores a trasmitir, el no estar orgullosos de la sociedad que se ha conformado y la falta de tiempo. Al mencionar la Intergeneracionalidad insiste en la necesidad de trasmitir la experiencia de los mayores a los jóvenes para que puedan empezar a socializar; cita a Stéphane Hessel: "Ellos los jóvenes somos nosotros. Si tragamos todo lo que nos echen, sin preocuparnos por el futuro, no es que seamos viejos. Es que estamos muertos". Añade que a los jóvenes, hoy, les falta rebeldía, ya que, a su entender, la rebeldía respetuosa es positiva. Los mayores podemos enseñar a los jóvenes ya que aprender es, ahora, cada más difícil por lo cambiante la complejidad, la manipulación de la vida lo que impide un desarrollo difícil de la propia personalidad. Nuestra aportación se centraría en ayudarles a entender antes de juzgar; a valorar el saber para poder, después, criticarlo; para que aprendan a adecuarse humanamente a los cambios, ya que los mayores también hemos tenido que hacerlo y no siempre lo hemos hecho muy bien. Las actitudes que deberíamos transmitirles, ya que la edad ayuda a la paciencia: el Equilibrio, la Esperanza, el Respeto, la Dulzura y la Postura humana ante la frustración. La importancia de la familia, según Jexuxmari se centraría en: Educar es creer en la perfectibilidad humana, en que los humanos podemos mejorarnos unos a otros; El objetivo de la Educación es aprender a respetar por alegre interés vital lo que comenzamos respetando por una u otra forma de temor; y que para que una Familia funcione adecuadamente es imprescindible que alguien se resigne a ser adulto. Las funciones de la Familia son las de: dar cobijo , dar seguridad para no estar solos con sus miedos; enseñar a convivir, arte este difícil, ya que toda convivencia es siempre dolorosa; y por último, y según su percepción la menos desarrollada en Euskadi, trabajar la autonomía, teniendo coraje para aceptar la debilidad ontológica y superar la debilidad sicológica. Los niños necesitarían: hacerse un sitio; conseguir reconocimiento, conociéndose a si mismos; y ser reconocidos reconociendo al otro, en base a formas adecuadas y no adecuadas de conseguirlo.
Enlaces: Stéphane Hessel
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